Estos días se vive en Córdoba la poesía a través de Cosmopoética. Decimos se vive porque la poesía es una experiencia vital que apela a los sentidos. Ella apela al oído y nosotros al gusto, por lo tanto, todo tiene su sentido.
Al igual que este festival nosotros apostamos por la mezcla y la interdisciplinariedad en las experiencias vitales y por ello, hemos buscado propuestas en las que la gastronomía y la literatura están relacionadas, distintos lenguajes para expresar una misma inquietud vital.
Estas inquietudes ya se empezaron a barruntar en la primera gran exposición sobre arte y comida que se celebró en 1971 en Amsterdam bajo el nombre de Eat-Art, dignificando la cocina y relacionándola con otras artes.
Por otra parte, personajes de la cultura como el cineasta Peter Kubelka, han hecho incapié en esta relación. Éste señaló en una conferencia sobre el acto de cocinar y el origen del hombre que los términos como metáfora, concentración, análisis/síntesis surgieron de la preparación de la comida, mucho antes del nacimiento de la filosofía. Este pensamiento se concreta cuando nuestros chefs quieren recrear, por ejemplo, el olor del mar en un plato, como veis, la metáfora está servida.
Desde el mundo de la poesía Voltaire nos regala estos versos sobre el champán:
Cloris y Egle me vierten con sus manos
Un vino efervescente cuya espuma
Con tanta fuerza su tapón expulsa
Que al lanzarlo hacia arriba en raudo vuelo,
Genera entre nosotros tal revuelo
Que, por ser vivaz burbujeante,
Es de Francia la imagen más brillante.
Otro francés, esta vez gastrónomo reconocido (Curnonsky), sostenía que «el gastrónomo debe limitarse
a exigir que las cosas sepan a lo que son, que un guisado se llame un guisado, una caldereta, una caldereta, un pollo asado, un pollo asado». Aquí se demuestra la importancia de las palabras en la cocina (el nombre de las cosas) y que también en cocina la sencillez es la clave.
En la actualidad encontramos iniciativas como esta página web, en la que hacen un listado titulado “La letra con hambre entra”, en él se incluyen los libros gastronómicos más destacados del momento según su criterio editorial. En este listado se incluye una propuesta en la que se “traducen” los versos en ingredientes de platos creados al efecto. (“A gustar convidan. Gastropoesía”. Ed. La Bella Varsovia).
Como vemos, leyendo y escuchando también se nos puede hacer la boca agua. Estos días los cinco sentidos se sirven en Córdoba.
