En esta ocasión, vamos a tratar nuestro querido oficio, nuestra profesión, nuestra vida.
El origen de tan gran labor como la de un cocinero, nos lleva en la historia hasta el descubrimiento del fuego. A partir de este hallazgo, es cuando el ser humano se hace sedentario y esto provoca que se tenga que mantener ese fuego.
Este es el núcleo de la civilización, tal como la conocemos hoy día, pues a ese «fuego» se le llama «HOGAR». Define, no solamente a la hoguera en cuestión, si no al estilo de vida en el seno de la familia. El «HOGAR» nos da la tranquilidad, el sosiego y la armonía. Aporta calor, luz, seguridad y por supuesto, lo que es más práctico, una forma muy innovadora de tratar los alimentos… aquí, amigos, comienza el cocinero.
La figura del cocinero
Respecto a lo anteriormente expuesto, todos sabréis que la cocina es el espíritu de una casa, de un «HOGAR». Mucho más importante que cualquier otra estancia de una vivienda. Es ahí, donde se «cocina» cualquier cosa… desde los alimentos, hasta las ideas e incluso, los secretos.
Ahora imaginaros lo siguiente: ¿Cocinero? ¿Desde cuándo? ¿De qué manera es el hombre, y no la mujer quien cocina?. Pues esto tiene una respuesta, que está dentro del ser humano: La curiosidad, el conocimiento y sobre todo, lo prohibido.
En una sociedad en la que, según los cánones de hace años, era el hombre el que dominaba sobre la mujer. Ésta, tradicionalmente, se había dedicado al cuidado de los niños, de los mayores y de las tareas de la casa, del «HOGAR».
He aquí lo curioso de la historia, pues la mujer se hace fuerte en la cocina. Es el lugar de reunión de todas ellas, es la zona donde se restringe el paso al hombre, el sitio donde gobierna de manera sabia toda la fuente de energía para los miembros del «HOGAR». Como hemos dicho, es el lugar de los secretos. De lo prohibido al hombre.
Aquí se despierta el interés del «Macho»…menudo el!
Historia
Seguimos acercándonos a esta profesión y en esta ocasión nos tendremos que enmarcar en oriente. Aquí, en las civilizaciones más antiguas, ya se conocía la figura de cocinero. Aunque no de la misma manera que en occidente.
En estos lares, el cocinero no solo se dedicaba a preparar la comida con el fin de alimentar, si no que también tenía una función terapéutica. Por ello, no debemos extrañarnos de que en ocasiones el cocinero también fuera considerado el «médico» o terapeuta, incluso curandero.
Significado de «receta»
Aquí, nos detendremos para explicar la etimología de la palabra «receta». Es de todos sabido, que existe la receta gastronómica y por supuesto, la receta médica. Esto es porque, tal como explicamos, el cocinero era el médico terapeuta. Por tanto, expedía recetas para curar, calmar y alimentar, entre otras cosas.
Hoy día también existe esa figura del cocinero – médico y se puede encontrar sobre todo en la China rural. El paciente va a la consulta del médico, que está en la puerta del mercado y normalmente en el interior de un restaurante. Es aquí, donde el «doctor» le hace al paciente un examen visual y determina un diagnóstico. Entonces, después de este reconocimiento, le expide una receta, en un principio médica, que trae consigo un régimen alimentario, donde se le aconseja al enfermo que ingiera diversos alimentos con una determinada preparación que le ayudara a mejorar su problema de salud.
Farmacia y restaurante
Así que, con la receta en la mano, este paciente en lugar de ir a la farmacia se dirige al restaurante, donde le prepararan su receta específica que, además de alimentarle, le aportará una mejora de salud. Seguidamente, este paciente se dispondrá a comprar en el mercado los diversos alimentos (raíces, hierbas, tubérculos y demás) que el doctor oriental le ha recetado desde su sabiduría heredada y aprendida de los antepasados. Todo esto le servirá para la posterior convalecencia, acompañado de ejercicios de relajación, concentración y acupuntura, entre otros remedios.
En el tercer capítulo de esta apasionante historia, seguiremos hablando de oriente, de la importancia de la figura del cocinero-médico y de algunos hallazgos de esos tiempos, que fueron los pilares fundamentales de la cocina actual. Nos detendremos a ver y entender, por ejemplo, la historia de los helados o la importancia de la sal en el imperio romano. Os espero llenos de curiosidad, pues el ser humano, si debe ser algo, es curioso.