Viaje al corazón del vino: D.O. Ribera del Duero

Nov 24, 2015 | Bodegas Mezquita, Córdoba, Enología, Restaurantes Córdoba

El pasado 24 de noviembre de 2015 nuestros compañeros José Criado y Rafael Carlos Luna emprendieron un viaje a Valladolid, a la Feria Internacional del Turismo de Interior (INTUR). Junto a un grupo de 16 empresas montillanas, Bodegas Mezquita tuvo el honor de adentrarse en el corazón de la D.O. Ribera del Duero durante tres días. Se visitaron y cataron vinos de las bodegas más conocidas de la zona, como por ejemplo Bodegas Protos, Bodegas Peñafalcon, Bodegas Comenge, Bodegas Emilio Moro y Bodegas Emina.

A continuación os explicamos las peculiaridades de cada bodega:

SER PRIMERO

Protos, del griego “PRIMERO”, fue fundada en 1927 por 11 viticultores. La Sociedad Cooperativa de Peñafiel fue la primera cooperativa de la Ribera. En 1982 se creó el Consejo Regulador de la zona, y la bodega cambió su nombre original, Bodegas Ribera del Duero, por el de Bodegas Protos.

Esta bodega se encuentra en un subterráneo en la ladera del castillo Peñafiel, donde debido a un desprendimiento se descubrieron las galerías que usaban los monjes de la época para huir de los asedios, allá por el siglo XV. En la actualidad han sido ampliadas por el arquitecto Richard Rogers, contando con más de 2 kilómetros de longitud.

La vendimia en la Ribera del Duero suele ser, dependiendo del tiempo, a últimos de septiembre o primeros de octubre. Bodegas Protos maneja 1.500 hectáreas, de las cuales 150 son propias, 700 de los socios y otras 700 de viticultores asiduos.

Todas las uvas que allí se crían son de la variedad Tempranillo, vendimiadas y recogidas a mano, no estando permitido el remolque a granel. La Tempranillo es una uva que aporta mucho color al vino; en la época de vendimia, contratan a un conjunto de expertos que revisan racimo a racimo y uva por uva.

Una vez terminada la selección, realizan la primera prensada pasando a los depósitos de fermentación alcohólica, donde los hollejos (piel y pepitas de las uvas) y los mostos se juntan, aportando los polifenoles, el color, los aromas, etc. Juegan con la gravedad, es decir, no bombean la pasta, evitando su transporte por circuitos estrechos con la finalidad de no perder aroma, color, ni cualquier otro compuesto para así obtener un vino de alta calidad.

La fermentación alcohólica produce gas carbónico, que hace que los hollejos queden sobre el mosto, para sacar el color y los polifenoles que después tendrá el vino. Posteriormente se remonta, es decir, sacar chorros de mosto desde abajo hasta la capa de hollejos, cuantas más veces mejor. En ocasiones esta capa puede alcanzar el metro de espesor, por lo que es necesario bazuquear, que es romper la parte de arriba, llamada sombrero. En la segunda fermentación, maloláctica, excepto el roble que la hace en depósitos de acero inoxidable, las demás (crianza, reserva, gran reserva y autor) lo harán en barricas. Después de terminar el envejecimiento en barrica, cada categoría con sus tiempos correspondientes, se procede al embotellado, que dependiendo del tiempo en barrica, estará otro similar en botella.

Desde el principio, clasifican los vinos por la edad de los viñedos:

Para vinos jóvenes, viñedos de menos de 25 años. Este tipo de vino está 6 meses en barrica y 6 meses en botella antes de su comercialización.

Para vinos de crianza, de 26 a 40 años. Pasará 12 meses en barrica y un año en botella antes de comercializarlo.

Para vinos reserva, de 41 a 80 años. Está 18 meses en barrica y otros 18 meses en botella.

Para vinos de gran reserva, más de 80 años. Pasará 2 años en barrica y 3 años en botella.

Para vinos de autor, viñedos de más de 70 años. Pasará año y medio en barrica y, otro año y medio en la botella antes de comercializarlo.

Durante este proceso se van elaborando un conjunto de catas y analíticas para asegurar la calidad y la correcta evolución del vino.

El tiempo en botella es primordial, ya que el objetivo es que se termine de redondear el vino ya que, los taninos aportados por la madera resultan un poco desagradables al gusto. Estos tiempos en barrica y en botella, los establece el Consejo Regulador de Ribera del Duero, aunque algunas bodegas dan un margen de edad más largo en busca de su propia identidad, debiendo de acatar los tiempos mínimos del Consejo Regulador.

En 2014 elaboraron 6 millones de litros de vino, del cual el 80% se consume en España, y el 20% restante en el extranjero.

¡
Rodrigo venció la batalla, Dios sea loado, hasta Peñafalcón, do es Peñafiel llamado!
Con esta crónica rimada del Mio Cid comenzamos a hablar sobre Bodegas Peñafalcón, ya que según cuenta Casimiro, el propietario de la bodega, junto a su mujer María José, ésta bodega cuenta con una larguísima tradición familiar (datan del siglo XVII). Todo este tiempo, pasando de generación en generación, hasta llegar a las manos de Casimiro y espos. Pero no es hasta el año 2000, cuando Bodegas Peñafalcón pasa a ser D.O. Ribera del Duero.

Antes de pertenecer a la D.O., Bodegas Peñafalcón elaboraba vino en pequeñas cantidades, disfrutándolo familiares y amigos. En la actualidad, elaboran unos vinos ecológicos de gran calidad y una personalidad única con aromas y sabores buenísimos. Así lo avala un conjunto de 35 premios de plata, oro, súper-oro a nivel nacional e internacional. Posee además la medalla de Oro Mezquita con un vino crianza del 2006.

En las paredes de la bodega, marcan un viaje desde el pasado hasta la actualidad. Contiene antiguas herramientas de vendimia de la época romana, hasta herramientas que se utilizan actualmente en la tierra, como por ejemplo aperos y utensilios de labranza tirados por animales, así como los primeros motores de riego, que arrancan a cuerda, manivela, en definitiva.

Esta bodega distribuye alrededor del 70% del vino producido en el mercado exterior.

Bodegas Comenge

Esta bodega empieza su actividad a final del siglo XX. Aun siendo una de las bodegas más jóvenes, fue de las primeras en unirse al enoturismo.

Se ubica en Curiel de Duero, un pueblo medieval de los más antiguos de Valladolid, originado en el siglo X. Un pueblo históricamente muy asociado al clero que contaba con cinco iglesias y dos castillos. Una de las iglesias se llama la Magdalena, donde Comenge tiene sus pagos.

Muchos escritos hablan del fuerte comercio del vino de la zona por parte del clero. Aunque en el siglo XVI fue la villa más importante de la comarca, actualmente cuenta con sólo 60 habitantes. Cervantes, en su obra “El Quijote” nombra al Duque de Berjas, Señor de la Villa de Curiel.

Enclavado en un valle de viñedos y amapolas, con un pequeño lago que reúne a peces, tortugas, patos, gansos y otras aves; Comenge ha sabido diferenciarse mediante sus vinos ecológicos certificados. El proceso de recogida de la uva se realiza manualmente seguido de un proceso de fermentación patentado, que incluye el uso de cepas de levadura procedentes de los pagos de Comenge. El vino sigue un seguimiento continuado por parte de científicos de la Universidad de Madrid

Antes de ser comercializado, el vino madura en barricas de roble francés y americano durante un periodo mínimo de 12-14 meses para después, reposar en botella desde un año hasta dos años y medio.

Para terminar, agradecer a Baldomero Gas, gerente y propietario de Bodegas  Mezquita, empresa en la cual trabajo, la experiencia inolvidable tanto a nivel laboral como personal, !muchas gracias!

José Criado & Rafael Carlos Luna

 

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